Este domingo, en una helada noche de La Araucanía se enmarcó el último adiós a Eduardo Silva Godoy, quien fuera en vida un prestigioso transportista, padre de familia y respetable bombero honorario de la Tercera Compañía de Temuco, la “Bomba Germana”.

La despedida partió con una emotivo culto en la Iglesia Bautista, donde las alabanzas y palabras de afecto acompañaron la tristeza de sus familiares y amigos que aún no podían creer la partida de un hombre que dejó en el recuerdo de muchos su simpatía, amabilidad y sonrisas gratuitas.

En las afueras del templo le esperaban los voluntarios y carrobombas de su segunda familia, la “Bomba Germana”, que con el ulular de sus sirenas lo escoltaron y se despidieron de ese amigo que en muchas ocasiones fue un padre y reconciliador de las diferencias que surgían entre voluntarios, y ya no estará físicamente para aportar con sus bromas y experiencia a las nuevas generaciones de bomberos, pero se mantendrá incólume en el recuerdo de todos quienes le conocieron, destacaron sus compañeros.

Luego de una larga caminata hasta el cementerio Parque del Sendero, se realizó una emotiva ceremonia bomberil, con discursos y despedidas entre el frío y la neblina, que no lograron disipar la emoción de todos los cercanos a este bombero.

Eduardo Silva García, hijo del extinto bombero honorario, dio inicio a los discursos, quien con escuetas pero sentidas palabras dio las gracias por el apoyo en estos dolorosos momentos. “Yo sé que mi papito está mirando esto desde arriba y está feliz…es un consuelo que tengo de verdad. No tengo más palabras que agradecer”, sostuvo.

Acto seguido, el director de la Tercera Compañía, Boris Camus, relató que Eduardo Silva fue el voluntario 179 en ingresar a la compañía y que fortaleció los pilares fundamentales de la familia bomberil germana. También, a modo personal, dio las gracias a la vida por haberlo conocido y por haber recibido parte de lo que Silva entregó a cada uno de los integrantes de la bomba. “En lo personal, amigo Eduardo, debo darte las gracias por haberme buscado para que yo reingresara a la compañía y quienes compartimos contigo sentimos de manera muy profunda tu partida. La que ya deja un vacío que costará llenar en el tiempo”, dijo emocionado el director, al referirse a esa hermosa unión que tenían en vida.

El secretario general del Cuerpo de Bomberos, Celestino Muñoz, recordó que el fallecido voluntario ocupo importantes cargos en su compañía y en el Directorio General, durante las más de tres décadas en que sirvió a la institución

EMOCION
Terminadas las palabras y luego de los honores póstumos del Cuerpo de Bomberos de Temuco y delegaciones que se sumaron al luto que embarga a los tercerinos, el cuerpo de “Yayo”, como le conocían los amigos, tomó rumbo al interior del cementerio parque, donde nuevamente su hijo, Eduardo Silva tomó el micrófono y con voz quebrada hizo la última promesa a su padre.

“Te prometo papi que a lo mejor no te voy a poder remplazar. Tu simpatía, tu bondad, esas cosas pequeñas, esos espacios que entregabas a tus amigos y tu familia dejando de lado todos tus temas… me va a costar mucho pero si te prometo papi en verdad, que no voy a dejar sola a la tía Emilia ni a mi hermana Paula. Tú me enseñaste muchas cosas, no palabras, pero si las miradas y con ellas me corregías… nunca me decías nada…me mirabas nomás…Te amo papito, fuiste el mejor papito y siempre te voy a llevar conmigo, siempre”, fueron las palabras que emocionaron a quienes se encontraban en la ceremonia fúnebre.

Un ambiente de amargura y dolor embargó a cada uno de los asistentes, quienes se emocionaron con las sinceras palabras de este hijo, que dentro de su dolor expresó todo ese amor que un padre de manos ásperas por el trabajo dejó en él.

Es así como el capellán de la tercera compañía dio la bendición a “Yayo” y pidió a Dios que sea bienvenido en su nuevo hogar., despidiéndolo con un “Auf wierdeshen… bombero Eduardo Silva Godoy”.