Con todos los honores reglamentarios, en la noche de este lunes fueron despedidos los restos mortales del bombero honorario del Cuerpo de Bomberos de Temuco e insigne de Chile, Merardo Arias Muñoz, quien a sus 92 años, era el voluntario más antiguo de la institución temuquense que se encontraba con vida.

En medio del dolor de sus familiares y compañeros de la Segunda Compañía que lo escoltaron con antorchas, los restos mortales de este bombero fueron trasladados al camposanto a bordo del carro reliquia que se guarda en la citada compañía, siendo esperados por una formación del Cuerpo de Bomberos de Temuco en pleno y presidida por las más altas autoridades institucionales, encabezadas por el Superintendente, Raúl Jiménez y los miembros del Directorio General.

En medio del ulular de sirenas, los parientes del extinto recordaron su apego a la familia y su ejemplo de trabajo y esfuerzo durante toda una vida, destacando además su vocación de servicio público que lo llevó por el año 1939 a trasladarse a Chillán para participar de las labores de reconstrucción de esa ciudad cuando fue azotada por un devastador terremoto.

Además, sus cercanos lo definieron como un hombre que dejó un perdurable legado en ejemplos de conducta y apego al trabajo, a todos sus descendientes.

Tanto el vicesuperintendente del Cuerpo de Bomberos de Temuco, Javier Cortés, como el director de la compañía doliente, recordaron en sus discursos el espíritu de servicio público y virtudes de Merardo Arias, entre ellas su gran generosidad, donde siempre salió en ayuda de sus camaradas y de su institución cuando se le necesitaba.

Sus compañeros de bomba también recordaron que era el último voluntario vivo que había conocido personalmente a su mártir, Sócrates Leiva.

Los funerales, realizados en el Parque del Sendero de Temuco, culminaron con un desfile, donde participaron las 10 compañías y tres brigadas que componen el Cuerpo de Bomberos de Temuco.